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lunes, 31 de marzo de 2014

Innovación educativa








     La innovación y la investigación educativa debe tener una incidencia directa en las innovaciones que se introduzcan en los currículos, la metodología, la tecnología y las modificaciones didácticas y organizativas que se produzcan en los centros docentes, adaptando los mismos a las necesidades demandadas por la sociedad al sistema educativo.

     Es, por tanto, necesaria una aproximación al término innovación. Según el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, es «la acción o efecto de mudar o alterar las cosas, introduciendo novedades». Paralelamente, y en una segunda aproximación, no creemos que se pueda establecer que «novedad» sea sinónimo o garantía de bondad o de mejora, en cuanto que pueden existir innovaciones que no supongan progresos ni a corto ni a largo plazo.

     Precisando aún más, se hace necesario establecer lo que entendemos por «innovación educativa».

     Toda innovación educativa es una idea, práctica o material percibido como nuevo por parte de la pertinente unidad de adopción, y que supone un intento deliberado de llevar a la práctica determinados objetivos deseados y un cambio planificado con el propósito de perfeccionar la capacidad de la organización para satisfacer los objetivos. Todos los procesos de innovación son de naturaleza compleja, ya que concurren en ellos diversidad de factores y de circunstancias; por tanto, el concepto de innovación educativa no puede minimizarse como una simple experiencia aislada y novedosa de los profesores en sus aulas.

     Según Santos Guerra (1984), las innovaciones educativas pueden ser consideradas como tales si van más allá de retóricas declaraciones que se quedan únicamente en el plano del discurso, es decir, «no pueden agotarse en meros enunciados de principios, o en estéticas relaciones de buenas intenciones». Toda innovación educativa requiere cinco tipos de cambios orientados hacia la mejora:

  

     •  Cambios conceptuales que, conectados con las experiencias previas, permitan formular nuevos modelos y teorías explicativas de lo que sucede realmente en nuestras aulas y en nuestras instituciones educativas.

     •  Cambios procedimentales o tecnológicos que se concreten en nuevos y mejores métodos y medios, y que se expresen en un nuevo currículum que dé respuestas más eficaces a los modelos conceptuales formulados.

     •  Cambios en las actitudes, en las formas de entender y de valorar los procesos educativos, en los modos de concebir y de practicar los nuevos perfiles profesionales que están implícitos en los cambios que se proponen.

     •  Cambios en las prácticas cotidianas que se concreten en decisiones y actuaciones que hagan posible la coherencia entre los planos del discurso, de la tecnología y de las actitudes, de forma que hagan realidad la innovación como proceso de construcción social.

     •  Y, por último, cambios en las organizaciones e instituciones, que no supongan procesos de burocratización, sino que por el contrario, permitan el desarrollo de nuevas funciones y roles, de nuevos procesos de intervención educativa; en suma, una organización autónoma, flexible y al servicio de la educación y no supeditada a proyectos normativos estrechos y burocráticos, y orientada sobre todo a ofrecer posibilidades reales de desarrollar los cuatro cambios anteriores.

   

     Carr y Kemmis (1988) destacan que toda innovación educativa que se precie necesita, por último, delestablecimiento de procedimientos y mecanismos de evaluación y análisis, lo que supone de entrada el establecimiento de unos «criterios» que nos permitan contrastar y valorar los resultados de la innovación, criterios que podrían establecerse en tres ámbitos:

     •  Un nivel tecnológico consistente en la adopción de criterios de eficacia y funcionalidad, de cuyo análisis se obtendría información relativa a la utilidad de las decisiones técnicas adoptadas para conseguir los objetivos que la innovación pretendía obtener, así como de la eficacia de los medios empleados para satisfacer las necesidades que el proyecto innovador pretendía resolver.

     •  Un nivel práctico que permitiera conocer en qué medida el proyecto de innovación implantado ha sidocapaz de «posibilitar prácticas y experiencias educativas de calidad humana y profesional» a través de las cuales la necesidad de innovación, como reflexión intersubjetiva permanente sobre las prácticas, fuese una tarea asumida con satisfacción por los agentes que intervienen en el proceso educativo.

     •  Un nivel estratégico por el que hubiese la posibilidad de analizar y valorar los planes y proyectos de innovación tomando como referencia criterios de carácter político, social, ideológico y, sobre todo, ético, de tal modo que pudiésemos percibir con la claridad suficiente aquellos elementos que han propiciado o impedido el mejoramiento de las condiciones de vida y bienestar de los seres humanos de nuestro entorno.

    

     Para terminar, y como síntesis de estas reflexiones, podemos decir que la innovación educativa es un proceso intencional de intervención educativa orientado a la mejora continua, que exige, para ser efectiva, un nuevo enfoque personal sustentado en un cambio organizativo del sistema. La mejora continua solo es posible con un cambio en la cultura de la organización y la participación de todos los agentes implicados en la misma.

     Esta visión redefine los esquemas más tradicionales de la educación y exige un cambio global como respuesta operativa y sistemática a los avances de la investigación en todos los campos. Es imprescindible que todos los que trabajamos en educación asumamos estos retos para una verdadera gestión de la calidad de la enseñanza y la innovación educativa.

     
     INNOVACIÓN EDUCATIVA

          Para que una innovación educativa produzca los resultados óptimos, debe cumplir algunas condiciones (Segovia y Beltrán, 1998):

          •  Intencional: provocada por nuestro deseo de hacer más eficaz el aprendizaje.

     •  Estructural: eliminando las barreras físicas y temporales en la escuela y en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Cambiando las viejas concepciones de los roles de profesores y alumnos y también de los escenarios docentes, que deben ser contextos potenciadores, por excelencia, del aprendizaje autorregulado.

     •  Curricular: partiendo de los programas oficiales para el establecimiento del currículum, pero enriqueciéndolos sustancialmente con programas complementarios o diferenciales.

     •  Pedagógica: afrontando el reto de formar para una sociedad de la que solo sabemos que será muy diferente a la actual. Así, la individualización y la actividad, la tecnología y la Psicología cognitiva, la teoría general de los sistemas y la gestión de la calidad se alían para intentar configurar un nuevo modelo operativo y eficaz.

     •  Liderazgo estable: en el equipo directivo, como motor que dinamice la innovación eficaz.

     •  Evaluación continua: medio que permite comprobar la calidad de la innovación y el nivel de procesos implicados en ella para alcanzar la mejora permanente.

     •  Información, participación y formación: pilares básicos para que cualquier innovación educativa alcance los objetivos programados.

   

     DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA. INNOVACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO. INSTITUCIÓN EDUCATIVA SEK

   

     Las nuevas características y necesidades de la llamada sociedad de la información reclaman un nuevo sistema educativo. Es necesario y urgente cambiar el significado y sentido de la educación en las escuelas. Ya no sirve, como en décadas anteriores, que el alumnado memorice y almacene mucha información. Lo relevante en la actualidad es el desarrollo de procesos formativos dirigidos a que el alumnado aprenda a aprender; es decir,adquiera las habilidades para el autoaprendizaje de modo permanente a lo largo de su vida, sepa enfrentarse a la información (buscar, seleccionar, elaborar y difundir aquella información necesaria y útil) y se cualifique laboralmente para responder a las necesidades de la sociedad de la información y de la comunicación.

     El sistema escolar que tenemos nació con una concepción de la enseñanza pensada para dar respuestas de las sociedades industriales del siglo XIX y XX. La sociedad del siglo XXI representa un escenario intelectual y social radicalmente distinto. Nuestra responsabilidad es ir elaborando alternativas pedagógicas innovadoras que respondan a las exigencias sociales de una sociedad democrática en un contexto dominado por las tecnologías de la información. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación están hoy presentes en todas las dimensiones de la vida humana: científica, económica, social, informativa, deportiva o familiar. Sin ellas, difícilmente podríamos haber alcanzado los niveles de eficacia, precisión y rapidez a los que estamos acostumbrados. Pero, mientras, no es posible obviar todos estos valores, la mayoría de ellos centrados en la ampliación del efecto humano producido. Es más difícil lograr el consenso cuando nos preguntamos si la tecnología puede cambiar por sí misma un sistema educativo previamente establecido.

     LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA PARA PRIMARIA


     La Educación Primaria se desarrolla a lo largo de una etapa evolutiva tranquila, desde los seis a los doce años: seis cursos académicos, distribuidos en tres ciclos, de dos años cada uno. A estas edades la disposición hacia el aprendizaje es muy favorable: es la fase escolar propiamente dicha, porque la actitud hacia el estudio y el aprendizaje es muy positiva.

     Primaria es el momento clave de la configuración cerebral y el desarrollo de la capacidad intelectual del niño. Porque la educación para el futuro no consiste solo en aprender a leer o a escribir.

     El inicio de la Educación Primaria lo marca un hecho de singular relevancia: la adquisición y el progresivo dominio de aprendizajes instrumentales básicos, como la expresión plástica, la lectura, la escritura y el cálculo. Estas habilidades y el desarrollo de nuevas estrategias mentales facilitan al niño el conocimiento cada vez más profundo del mundo y del complejo entramado de redes que lo forman.

     El sistema parte de un principio común para todas las etapas: el papel protagonista lo desempeñan los niños. Son ellos quienes descubren, construyen y organizan sus conocimientos, con la mediación experta de sus profesores.

     Lo deseable es diseñar un proyecto original y único, una propuesta abierta, flexible, creativa y dinámica que cambie un tipo de aprendizaje tradicional por otro activo e independiente en el que los alumnos y las alumnas desarrollen las capacidades necesarias para construir aprendizajes significativos de manera autónoma. En otras palabras, los niños aprenden a aprender, aprendiendo a ser.

     Los contenidos del currículum en el sistema SEK se aglutinan en tres grandes marcos argumentales:

     
     •  Yo y mi mundo. El objetivo de este bloque de contenido es que el niño aprenda a conocerse. El descubrimiento de sí mismo le hará identificarse con un modo de ser y de actuar propio, y se reconocerá autor de acciones que inciden en los seres de su alrededor y en el mundo al que pertenece.

     •  Nuestro mundo. El alumno descubre y conoce de un modo objetivo el mundo desde todas sus perspectivas:

     –  Comunicación: área lingüística.

     –  Organización: área lógico-matemática.

     –  Interpretación: área artística y creativa (música, plástica, dramatización).

     –  Funcionamiento de la vida: área científica (el medio natural).

     –  Funcionamiento del mundo: área social (el medio social).

    
       Cinco grandes y atractivos interrogantes en los que se aborda el conocimiento de nuestro mundo, en el que nos relacionamos y con el que interactuamos, y que también interpretamos, analizamos y construimos. En cada uno de los enfoques hay un área estrella, a partir de la cual se aborda el conocimiento de las restantes materias.

       De esta manera, la didáctica se plantea desde una perspectiva globalizadora e interdisciplinar; de modo que el aprendizaje no se parcela, sino que constituye un todo que forma e informa integralmente al alumno atendiendo a las necesidades específicas de cada uno de ellos, sin olvidar un componente fundamental en su formación como individuo que vive en una sociedad en la que el equipo es el motor del desarrollo humano: el trabajo cooperativo.

       Todas las habilidades, destrezas y capacidades adquiridas y desarrolladas por los alumnos en cada uno de los bloques de aprendizaje se hacen útiles y reales en el Proyecto, donde los niños plasman todos los aprendizajes y experiencias adquiridas.


     •  Mi mundo. A partir de la realidad que se conoce y en la que se actúa, los niños afianzan su escala de valores y amplían sus habilidades y capacidades en la expresión creativa de un mundo ideal.

       Su finalidad es desarrollar en los niños la construcción fundamentada de la propia escala de valores, así como los de la sociedad, a la vez que aprenden a respetar y aceptar las peculiaridades propias y de los demás.

   
     RASGOS METODOLÓGICOS


     A estas edades los niños comprenden la realidad que les rodea como un todo: tanto las acciones derivadas de su propia experiencia como las informaciones que recibe del exterior contribuyen a la comprensión del mundo, por lo que la metodología se sintetiza del siguiente modo:

     •  El enfoque de las actividades de aprendizaje es globalizado y próximo a los intereses del niño. Los objetivos instructivos (conocimiento de las áreas) y los educativos (desarrollo de actitudes, valores y normas) están estrechamente relacionados formando una unidad de conocimientos integrados.

     •  El hilo conductor de los aprendizajes es el Proyecto, en torno al cual se construyen y aplican los conocimientos adquiridos en las diferentes áreas del currículo.

     •  El aprendizaje se consolida cuando se aplica en contextos diferentes al escolar, objetivo que se alcanza mediante el trabajo en Proyectos.

     •  Los principios de aplicabilidad, funcionalidad y transferencia de los aprendizajes se refuerzan especialmente en el área de idiomas: la mayor parte de las áreas del currículo —conocimiento del medio, matemáticas, dramatización, plástica o música— se trabajan indistintamente en dos lenguas, por lo que el idioma pierde el carácter exclusivo de asignatura para convertirse en un medio de comunicación necesario para comprender y emitir tanto mensajes orales como escritos.

     •  La actividad escolar se desarrolla, según los objetivos educativos que se deseen alcanzar, en diferentes modalidades de ambientes y agrupaciones: gran grupo, equipo de trabajo o trabajo individual.

     •  El profesor guiará y facilitará el proceso de enseñanza-aprendizaje, partiendo de un sondeo sobre ideas previas de los niños, fomentando la curiosidad y el deseo de aprender mediante el método socrático, y valorando el esfuerzo personal y del grupo para alcanzar las metas propuestas.

     •  Los materiales y recursos didácticos reúnen la condición esencial de ser potencialmente significativos, es decir, que la exposición de los contenidos es cercana y atractiva para el niño y le facilitan la tarea de aprender a aprender, mediante la adquisición y puesta en práctica de estrategias específicas de aprendizaje.

     •  El ordenador es un recurso versátil que permite diversos tipos de tratamiento y procesamiento de la información. Se emplea en esta etapa como un medio didáctico más dentro del aula, que crea y acerca al espacio escolar nuevos entornos de aprendizaje que ayudan a los niños a comprender mejor la realidad.

     •  El profesor es, a lo largo de todo el proceso, un mediador que crea situaciones, proporciona oportunidades y guía para que sea el niño quien construya su propio aprendizaje.

     •  Junto a los contenidos curriculares, se desarrollan los programas Aprender a ser y Aprender a pensar, plenamente interrelacionados con las áreas y los proyectos, sin perder de vista el carácter globalizado.

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http://www.abc.es/familia/educacion/abci-ensena-hijo-tener-pensamiento-critico-201711101301_noticia.html

Enseña a tu hijo a tener pensamiento crítico

Trabajar en un ambiente creativo estimula la mente, según el responsable de Spaces

Raciocinio, capacidad de liderazgo, trabajo en equipo…. son muchos los valores que se enseñan dentro y fuera de las aulas durante la infancia, pero hay otros muchos que están todavía lejos de ser incluidos como capacidades básicas para el desarrollo de los menores. Entre ellos, apunta Philippe Jiménez, director general de Spaces en España, «la potenciación del pensamiento creativo».
Para Jiménez, ser creativo «es dibujar, pintar, escribir historias y resolver incógnitas. Una mente creativa reconoce objetos en las formas de las nubes, averigua acertijos y propone soluciones a situaciones críticas. Y todas estas actividades ayudan a fomentar la creatividad de los más pequeños para que cuando crezcan sean capaces de arriesgar y de luchar por sus ideas y sus sueños».

Ni falta de disciplina, ni desorden

«¿Por qué no se fomentan todas las capacidades que tienen que ver con la creatividad?», se pregunta el responsable de Spaces. A su juicio, existen numerosas concepciones sobre la creatividad, pero no todas son positivas: algunas describen la creatividad como una falta de disciplina o desorden, «cuando lo cierto es que desarrollar la creatividad permitirá a los niños desenvolverse con habilidad a la hora de tomar decisiones y de adaptarse a los cambios en un futuro». Por ello, prosigue, «es esencial que durante la infancia, etapa de pleno aprendizaje en la que los niños adquieren hábitos y formas de trabajar, sean capaces de pensar por sí mismos y de generar ideas creativas disruptivas».
Algunas veces para fomentar la creatividad de los más pequeños, sugiere, solo hace falta un pequeño impulso creativo: «estar rodeado de creatividad para favorecer la creatividad. Pensar, escribir y relacionarse con los demás será mucho más productivo si se hace rodeado de arte y otros formatos que han nacido como resultado del pensamiento "out of the box". A menudo, el arte tiene un efecto llamado "bola de nieve": estar rodeado de aquello que ha creado un artista durante un complejo proceso creativo puede ayudar a otros a aumentar su propia capacidad de creación. Para un niño —insiste—, el hecho de estar aprendiendo en un entorno creativo puede llegar a ser el ingrediente más potente para estimular su mente al más alto nivel».

Nuevas formas de aprender

Que duda cabe, concluye Jiménez, de que los tiempos han cambiado y hoy en día el pensamiento creativo «es el mayor intangible para un profesional». «La tecnología, la economía colaborativa y las redes sociales han provocado un cambio en la forma de relacionarse y, por extensión, en la forma de trabajar y aprender. Los niños de hoy en día mañana no estarán dispuestos a trabajar en espacios tradicionales y sin personalidad. Los jóvenes millenials, acostumbrados a la comunicación instantánea y la selección de cantidades ingentes de información, necesitan lugares estimulantes, modernos y equipados con la última tecnología que permitan la interacción entre diferentes profesionales: necesitan trabajar en comunidad».

Es necesario, propone por último el director de Space, «dar un impulso a las nuevas formas de aprender de los niños de hoy en día, ya que ellos son los activos más importantes de las grandes empresas del mañana. Porque trabajar en un ambiente creativo estimula la mente, y una mente estimulada será la que cree las grandes ideas del futuro».

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