Translate

lunes, 31 de marzo de 2014

Aprendizaje



 El aprendizaje es un proceso mediante el cual un individuo origina un cambio en su conducta ante una situación, siempre que dichos cambios no sean debidos al crecimiento natural del animal o situaciones temporales como el cansancio o la utilización de fármacos. 
En un primer momento, el aprendizaje se inicia a través de resortes estudiados en las leyes de condicionamiento, al principio se aprende todo lo asociado con ciertos estímulos conocidos capaces de provocar en nuestro organismo respuestas, esto quiere decir que se aprende todo lo generado por experiencia inmediata. Posteriormente se aprendería todo lo que se asimila de una manera repetitiva, lo que supone experiencias de tipo cognitivo, instrumentos para que el individuo pueda comprender el mundo que le rodea. A partir de aquí se desconoce qué es lo que sucede en el cerebro y cómo tienen lugar estos procesos, así como el lugar donde queda almacenada la información. Lo que es seguro es que el aprendizaje en un ser humano depende de la corteza cerebral y que cada memoria específica está dispersa a través del cerebro, ya que no hay lesión parcial capaz de destruir un hábito o una memoria particular, ni un cambio nervioso que se correlacione con una memoria a largo plazo.

El aprendizaje tiene una fuerte relación con la creatividad, ya que la generación de nuevas ideas están sustentadas en los procesos de aprendizaje, cuantas más cosas aprendemos más facilidad tenemos para generar nuevas ideas.
El aprendizaje es un hecho natural en el mundo animal, sin embargo adquiere una importancia especial en el caso del hombre, ya que éste vive un periodo de infancia muy prolongado durante el que su capacidad de aprendizaje le suministra experiencias básicas para su adaptación al medio natural. El aprendizaje es una situación en la que utilizamos en provecho propio las experiencias adquiridas a lo largo del tiempo, siempre y cuando estas experiencias las apliquemos de una forma provechosa.


Aprendizaje: Es el proceso mediante el que se adquieren o modificar habilidades, destrezas, conductas, conocimientos y valores como resultado del estudio, instrucción, experiencia, razonamiento y observación. El aprendizaje es una función mental relacionado con la educación y el desarrollo personal, orientado y favorecido con la motivación. El aprendizaje es un cambio en la conducta debido a la experiencia, de lo que se excluye los factores de madurez, ritmos biológicos, enfermedad, etc.
Mediante el aprendizaje adquirimos habilidades, se asimilan informaciones o se adoptan nuevas estrategias de conocimiento y acción.
Es un proceso de cambio permanente en el comportamiento generado por la experiencia. El aprendizaje supone un cambio de conducta, debe ser perdurable en el tiempo y ocurre a través de la práctica o de otras formas de experiencia. El aprendizaje implica adquisición y modificación de conocimientos, estrategias, habilidades, creencias y actitudes.
El aprendizaje es  un efecto del pensamiento, aprendemos pensando y por tanto la calidad del aprendizaje está determinada por la calidad de nuestros pensamientos.
Con el aprendizaje nos adaptamos exigencias de los contextos en nuestro entorno, cuando se producen asociaciones entre el estímulo y  la respuesta, observamos un cambio estable en nuestra conducta, y esto forma parte del aprendizaje. Los seres vivos que se encuentran en grupo se comunican, obteniendo información del entorno que comparten y que genera aprendizaje.
El proceso fundamental en el aprendizaje es la imitación, que es repetir un proceso ya observado.
Trastornos: del lenguaje, de la escritura, de ambas, de la coordinación, del autocontrol, de la atención, del cálculo, etc.
Factores del aprendizaje: inteligencia, conocimientos previos, experiencia y motivación.
Operaciones: recepción de datos, comprensión de información, retención a largo plazo, transferencia a nuevas situaciones.
Tipos de aprendizaje:
1-       Receptivo: el sujeto comprende el contenido para reproducirlo pero no descubre nada.
2-       Por descubrimiento: descubre conceptos y relaciones y los reordena para adaptarlos a su esquema de conocimiento.
3-       Repetitivo: memorización sin comprensión.
4-       Significativo: relación a sus conocimientos previos con los nuevos.
5-       Observacional: observar el comportamiento de otra persona, considerándola como un modelo.
6-       Latente: se adquiere un nuevo comportamiento, si objetiva mediante algún incentivo para manifestarlo.

Teorías del aprendizaje:
Teorías conductistas:
1-       condicionamiento clásico (un estímulo neutro genera una respuesta después de que se asocia con un estímulo que provoca de forma natural esa respuesta, al completar el condicionamiento el estímulo neutro procede a ser un estímulo condicionado que provoca la respuesta condicionada)
2-       conductismo intenta explicar el aprendizaje a partir de leyes y mecanismos comunes para todos los individuos, el aprendizaje es un cambio en la forma y comportamiento en función de los cambios del entorno, es el resultado de la asociación de estímulos y respuestas.
3-       reforzamiento: un estímulo aumenta la probabilidad de que se repita un determinado comportamiento anterior. Existen diversos reforzador es que actúan en todos los seres humanos de forma variada para inducir la repetición de un comportamiento deseado.
Teorías cognitivas:
1-       Aprendizaje por descubrimiento. Bruner. Actividad directa de los estudiantes sobre la realidad.
2-       Aprendizaje significativo. Ausubel. Los nuevos conocimientos deben relacionarse con los saberes previos que posea el estudiante.
3-       Cognitivismo. Gagné. Basado en teorías del procesamiento de información y recogiendo algunas ideas conductistas y del aprendizaje significativo.
4-       Constructivismo. Jean Piaget. El objeto de conocimiento debe estar cerca de los esquemas que dispone el sujeto, para que éste le puede atribuir significación aprender con él.
5-       Social- constructivista. Vigotski. Los aprendizajes son un proceso personal de construcción de nuevos conocimientos a partir de saberes previos, pero inseparables de la situación en los que se produce, los aprendizajes están íntimamente relacionados con la sociedad.
Teoría del proceso de la información:
Estudia el colectivismo, desarrollado por George Siemens y fundamentado en la tecnología como base de procesamiento de información que involucra nuestra forma de vivir, comunicarnos y aprender.
Teorías acerca de las dificultades del aprendizaje:
1-       Teorías neurofisiológicas: niños con deficiencias en el aprendizaje no tienen la capacidad de evolucionar con normalidad por una mala organización de su sistema nervioso.
2-       Teorías genéticas: estudia la relación entre deficiencias de aprendizaje sujetas a factores hereditarios.
3-       Teorías basadas en factores bioquímicos y endocrinos: la deficiencia vitamínica ha producido un descenso de las conductas de hiperactividad, trastornos del sueño, disfunciones perceptivas y habilidades lingüísticas. Enfermedades como hipotiroidismo o hipertiroidismo están relacionadas con la hiperactividad, irritabilidad, pérdida de peso, inestabilidad emocional y las dificultades en concentración de la atención, factores que se asocian con las dificultades del aprendizaje y el descenso del rendimiento escolar.
4-       Teorías de lagunas en el desarrollo o retrasos de madurez. Teoría de la atención selectiva: señala que los niños con dificultades en el aprendizaje presenta un retraso evolutivo en la atención selectiva, esto imposibilita su capacidad de memorización y organización del conocimiento generando fracasos acumulativos en el rendimiento académico.




http://elpais.com/elpais/2016/10/10/laboratorio_de_felicidad/1476119828_530014.html


Los cuatro estilos de aprendizaje o el por qué algunos leen los manuales y otros no

Aprendemos en función de cómo percibimos la realidad y cómo la procesamos

Hay personas que se leen hasta la letra pequeña de los manuales mientras que otros se lanzan a pulsar todos los mandos para ver qué ocurre. No es ni bueno ni malo. Simplemente, nos da pistas de nuestra manera de aprender. Veamos los cuatro tipos de aprendizaje que existen para identificar cuál es el tuyo.
Quieres hacer un viaje con tu pareja y uno de vosotros necesita leer hasta el mínimo detalle sobre el sitio a donde vais, mientras que el otro se pone de los nervios porque preferiría lanzarse a la aventura. O en una reunión de trabajo un compañero no para de dar ideas sin concretar nada, mientras que a otro le agobia no trabajar en una sola. ¿Has vivido algo de esto? Si es así, bienvenido a los diferentes modos de aprender y a sus dificultades (y oportunidades).
En 1984 un profesor universitario, David Kolb, descubrió que los adultos tenemos distintas maneras de aprender que dependen de cómo percibamos la realidad y de cómo la procesemos. Hay personas que captan la realidad fundamentalmente a través de la experiencia y otros, creando teorías. Los primeros son más empáticos y tienden a hacer varias tareas al mismo tiempo (multiplicidad). Es más, si no lo hacen se pueden aburrir soberanamente. Los segundos prefieren centrarse en una sola tarea, se manejan muy bien en la teoría y se perderían con varias cosas al mismo tiempo (unicidad).



No todos captamos la información igual: algunos la procesarán si se ponen manos a la obra (acción) y otros si reflexionan sobre lo que observan (pensamiento).

Con respecto a la manera de captar la información, algunos la procesarán si se ponen manos a la obra (acción) y otros si reflexionan sobre lo que observan (pensamiento). Pues bien, las anteriores características definen los ejes de las maneras de aprender y de los cuatro estilos. Veámoslos con algo más de detalle:






MÁS INFORMACIÓN



Adaptadores o los “hacedores”






MÁS INFORMACIÓN



Difícilmente leerán un manual. Son el resultado de la multiplicidad y la acción. Prefieren trabajar rodeados de personas y se buscan la vida para conseguir recursos y alcanzar resultados. Les gusta asumir riesgos y saben adaptarse a las circunstancias. En una empresa abundan en los departamentos de ventas. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿cuándo?
Asimiladores o expertos en la conceptualización
Su estilo es opuesto a los adaptadores. Son extraordinarios creando modelos teóricos y definiendo claramente los problemas. Les interesan más las ideas abstractas que las personas, por lo que no es de extrañar que destaquen en el campo de las matemáticas o de las ciencias. En una empresa pueden estar en posiciones de investigación o de planificación estratégica. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿por qué?
Divergentes o los reyes de las mil y una ideas creativas



Todos tenemos un estilo de aprendizaje definido pero para desarrollarnos mejor personal y profesionalmente conviene estar con personas que nos complementen y cuyo estilo esté en el extremo del nuestro.

Disfrutan analizando los problemas en su conjunto y trabajando con personas. Son empáticos, emocionales y ocurrentes. No es de extrañar que lancen un sinfín de propuestas diferentes en una reunión. En este estilo se encuentran artistas, músicos y todos los creativos en el mundo de la empresa. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿y si…? o ¿por qué no?
Convergentes o el poder de la aplicación en una sola cosa
Son los opuestos a los divergentes. Necesitan la aplicación práctica a las ideas para testar teorías o resolver problemas. Se pierden con muchas alternativas. Sin embargo, son excepcionales en situaciones donde haya un único camino para ser resueltas. Muchos ingenieros se enmarcan en este estilo de aprendizaje. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿para qué?
Como es de imaginar hay personas cuyo estilo de aprendizaje está más marcado que otros como, por ejemplo, Sheldon Lee Cooper, protagonista de la serie The Big Bang Theory, quien es un asimilador total. Lo normal es que no sea así y que todos tengamos un poco de los cuatro aunque nos solamos sentir más cómodos con uno.
En definitiva, todos tenemos un estilo de aprendizaje que nos define más que otros y para desarrollarnos mejor en lo personal y profesional sería recomendable estar con personas que nos complementaran y cuyo estilo estuviera en el extremo del nuestro. Por ello, si eres de los que no lees los manuales, estáte cerca de quienes disfrutan haciéndolo (o viceversa). Porque más allá de este hábito, existe una manera interna distinta de percibir y de procesar la realidad que te puede ayudar a mejorar y a superarte a ti mismo en muchos otros ámbitos de la vida.



Las diez claves de la neurociencia para mejorar el aprendizaje

Investigaciones recientes aportan procedimientos que sirven para elaborar propuestas prácticas para mejorar el rendimiento escolar

En la mayoría de propuestas ofrecidas para mejorar la educación en nuestro país predominan los razonamientos teóricos y filosóficos sobre cómo lograrlo. Aquí pretendemos complementar esas propuestas con un conjunto de sugerencias de carácter práctico para mejorar el rendimiento académico de enseñantes y alumnos a corto y medio plazo. Son procedimientos avalados por la investigación reciente en neurociencia y psicobiología, que pueden tener su versión particular en cada nivel y contexto educativo.

1. Practicar regularmente deportes o actividades físicas

El ejercicio físico aeróbico beneficia las capacidades cerebrales tanto en el niño como en el adulto. Quienes tienen una actividad física semanal más intensa tienen también una mejor memoria y mayor flexibilidad y velocidad de procesamiento de información mental. Incluso 30 únicos minutos de marcha en bicicleta o carrera al día pueden ser suficientes para mejorar el tiempo de reacción y la velocidad de procesamiento de la información en el cerebro.
Ello es posible porque la actividad física genera BDNF, una proteína del cerebro que aumenta la plasticidad o capacidad de las neuronas para formar conexiones entre ellas, el número de las que nacen diariamente y la vascularización y aporte de sangre que reciben. La actividad física, en definitiva, genera una especie de lubricante que facilita el funcionamiento de la maquinaria cerebral para aprender, formar memorias y recordar.






Un niño juega al ajedrez. GETTY IMAGES


2. Evitar el exceso de grasas en la alimentación

La alimentación adecuada para aprender debe evitar las dietas altas en grasas, pues son dietas que reducen la sensibilidad de los receptores NMDA, que son moléculas del cerebro que forman parte de los mecanismos de plasticidad neuronal que hacen posible la formación de la memoria en lugares como el hipocampo y la corteza cerebral. La experimentación actualmente en curso indica que la restricción calórica en la alimentación favorece la mayoría de procesos mentales.

3. Dormir lo necesario con regularidad

El sueño anticipado prepara al cerebro para aprender y, cuando ocurre tras el aprendizaje, potencia la formación y estabilización de las memorias. Es así porque las mismas neuronas que se activan para registrar la información cuando aprendemos vuelven a activarse cuando dormimos. Suelen hacerlo entonces a mayor velocidad dando preferencia a las que registraron los aprendizajes a los que se atribuyó mayor importancia o valor de futuro. El sueño es, por tanto, una forma cerebral de practicar y fortalecer lo aprendido durante el día.



La experimentación actualmente en curso indica que la restricción calórica en la alimentación favorece la mayoría de procesos mentales

Para potenciar el aprendizaje precedente no es necesario dormir las 8 horas de una noche, pues puede bastar con una siesta de una o dos horas, aunque períodos más largos suelen ser más beneficiosos. Además de facilitar el aprendizaje y potenciar la memoria, el sueño reorganiza y estructura los contenidos de la mente haciendo posible la integración de la nueva información aprendida en los esquemas de conocimiento ya existentes en el cerebro, facilitando el descubrimiento de reglas y regularidades ocultas en la información recibida, generando inferencias, convirtiendo el conocimiento implícito en explícito e influyendo también muy posiblemente en la intuición y creatividad de las personas.

4. Entrenar frecuentemente la memoria de trabajo

Esta memoria es la que utilizamos para pensar, razonar, planificar el futuro y tomar decisiones. Con ella retenemos en la mente, por ejemplo, las posibles jugadas a realizar en una partida de ajedrez o las diferentes opciones para tomar una decisión. Materias como la filosofía o las matemáticas promueven este tipo de memoria, muy ligada a la inteligencia fluida, que es la capacidad de razonar y resolver problemas nuevos con independencia del conocimiento previamente adquirido. La práctica intensa en memoria de trabajo incrementa la actividad de las cortezas prefrontal y parietal del cerebro de la que depende y aumenta también las conexiones neuronales entre ambos hemisferios cerebrales. La posibilidad de transferir la mejora en la capacidad de ejecución de una determinada tarea de memoria de trabajo a otra tareas diferente no entrenada es mayor cuantos más procesos cerebrales estén comúnmente implicados en ambas.



La práctica intensa en memoria de trabajo incrementa la actividad de las cortezas prefrontal y parietal del cerebro de la que depende y aumenta también las conexiones neuronales entre ambos hemisferios cerebrales

5. Guiar el aprendizaje con preguntas

Este procedimiento motiva al estudiante, concentra su atención y le convierte en una especie de detective o investigador que busca en cualquier fuente de información posible la solución a los interrogantes que se le plantean. Es además un modo de enseñarle a trabajar y ganar autonomía para aprender, es decir, es también un modo de aumentar la capacidad del alumno para aprender por sí mismo en el futuro.

6. Practicar frecuentemente el recuerdo de lo aprendido

El recuerdo, además de servir para evaluar lo aprendido, sirve también para seguir aprendiendo. El preguntar sobre la información recientemente aprendida beneficia a la memoria a largo plazo promoviendo el reclutamiento de los circuitos neuronales del recuerdo en las subsecuentes oportunidades de estudio. Ayuda también a mantener la atención durante largos periodos evitando las distracciones cuando se estudia leyendo los textos en la pantalla de un ordenador. Tal actividad aumenta la sensación subjetiva que tiene el estudiante de estar aprendiendo y reduce así su ansiedad respecto a evaluaciones posteriores.

7. Un poco de estrés no es malo

En situaciones emocionales o de estrés moderado, la activación de estructuras cerebrales como la amígdala y la liberación en la sangre de hormonas como la adrenalina y los glucocorticoides pueden contribuir a la facilitación del aprendizaje y la memoria actuando directa o indirectamente sobre los circuitos neuronales del cerebro. Los glucocorticoides regulan además la presencia de los mencionados receptores NMDA en el cerebro, y promueven cambios epigenéticos que facilitan en el ADN de las neuronas la expresión de los genes que hacen posible la síntesis de las moléculas necesarias para formar las memorias. Un modo de inducir esa emoción o estrés moderado en los alumnos consiste en proporcionarles antes de nada información motivadora sobre la materia a aprender, algo que conocen sobradamente los buenos docentes.

8. Homenaje a la lectura

De todas las actividades intelectuales potenciadoras de capacidades mentales la más asequible y la que proporciona un mejor balance costo/beneficio es, sin duda, la lectura. Leer es uno de los mejores ejercicios posibles para mantener en forma el cerebro. Es así porque la actividad de leer requiere poner en juego un importante número de procesos mentales, entre los que destacan la percepción, la memoria y el razonamiento. Cuando leemos, activamos preferentemente el hemisferio izquierdo del cerebro, que es el más dotado de capacidades analíticas en la mayoría de las personas, pero son muchas las áreas cerebrales de ambos hemisferios que se activan e intervienen en el proceso. Decodificar las letras, las palabras, las frases y convertirlas en sonidos mentales requiere activar amplias áreas de la neocorteza cerebral.



Las evaluaciones orales generan una memoria a largo plazo mucho mejor que la que resulta del tipo de estudio consistente en repasar una y otra vez textos o apuntes de una materia

Las cortezas occipital y temporal se activan para ver y reconocer el valor semántico de las palabras. La corteza frontal motora se activa cuando evocamos mentalmente los sonidos de las palabras que leemos. Los recuerdos que evoca la interpretación de lo leído activan poderosamente el hipocampo y el lóbulo temporal medial del cerebro, que son zonas críticas para la memoria. Las narraciones y los contenidos emocionales del escrito, sean o no de ficción, activan la amígdala y demás áreas emocionales del cerebro. El razonamiento sobre el contenido y la semántica de lo leído activa la corteza prefrontal y la memoria de trabajo. La lectura refuerza también las habilidades sociales y la empatía, además de reducir el nivel de estrés del lector. El libro y la lectura, como gimnasio asequible y barato para la mente, deberían incluirse en la educación desde la más temprana infancia y mantenerse durante toda la vida.

9. Inmersión temprana en más de una lengua

Los individuos que adquieren múltiples lenguas en su infancia y las practican a lo largo de su vida tienen una mayor atención selectiva y más desarrollado el hábito de conmutar contenidos mentales, lo que les facilita la adquisición de aprendizajes complejos, especialmente los que implican cambios en las reglas de ejecución. Aunque pueden tener un vocabulario más reducido en cada lengua, los bilingües son más rápidos y efectivos que los monolingües cuando, por ejemplo, aprenden a clasificar objetos por su color y, de repente, hay que cambiar y clasificarlos por su forma. La mayor capacidad de ejecución y flexibilidad mental de las personas bilingües se manifiesta frecuentemente en la vida, se ha observado en todas las edades, y la conservan además mucho más que los monolingües en la vejez.



30 minutos de marcha en bicicleta o carrera al día pueden ser suficientes para mejorar el tiempo de reacción y la velocidad de procesamiento de la información en el cerebro

Para generar un automatismo como el lingüístico y beneficiarse de él hay que aprenderlo tempranamente y practicarlo con asiduidad y frecuencia. Los maestros, al igual que los padres y cuidadores, tienen un papel importante en esa inducción lingüística múltiple de los primeros años de vida. El estudio y práctica de la música puede tener un efecto similar en la medida en que es también otra forma de lenguaje.

10. Evaluaciones orales

Las exposiciones o los exámenes orales no solo permiten una evaluación muy rigurosa del conocimiento adquirido por los alumnos, sino que, sobre todo, inducen en ellos un tipo de estudio mucho más basado en la comprensión de los materiales y la información que en su simple memorización. Son además métodos que generan una memoria a largo plazo mucho mejor que la que resulta del tipo de estudio consistente en repasar una y otra vez textos o apuntes de una materia.






Las presentaciones en clase ayudan a desarrollar habilidades para hablar en público.STOCKBYTE / GETTY IMAGES


En general, los ambientes enriquecidos y todas aquellas actividades mentales o intelectuales que suponen esfuerzo y desafío son más útiles para formar buenas memorias que aquellas que se realizan sin apenas esfuerzo. Tampoco deberíamos despreciar recursos tradicionales en diferentes niveles de la enseñanza como la escritura al dictado, el resumir textos o el memorizar información básica. Reglas de ortografía, fechas históricas, países y sus capitales y accidentes geográficos, son ejemplos históricos nada despreciables, pues constituyen valiosos recursos de memoria implícita que se adquieren por repetición y resultan extraordinariamente útiles como apoyo para posteriores evaluaciones mentales y razonamientos complejos.
Es un hecho comprobado que una enseñanza adecuada tiende a igualar el rendimiento de los sujetos que aprenden y evita con ello contrastes acusados y comparaciones entre esos sujetos que no siempre benefician al proceso educativo.
Ignacio Morgado es catedrático de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor de Aprender, recordar y olvidar: Claves cerebrales de la memoria y la educación (Barcelona: Ariel, 2014).








http://politica.elpais.com/politica/2016/05/26/actualidad/1464262077_904773.html?rel=mas


Cómo formar a profesores de élite

Los docentes son clave. Es necesario fortalecer sus estudios iniciales y seguir la formación durante la carrera profesional





Todos los países están en estado de emergencia educativa. No sólo los que tienen una escuela de baja calidad, sino también los que la tienen excelente. Todas ellas están sometidas a la ley de Revans: “Para sobrevivir, un sistema educativo debe aprender al menos a la misma velocidad con la que cambia su entorno”. Nuestro entorno lo hace aceleradamente. El futuro comienza a describirse con el acrónimo VUCA (vulnerabilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, en inglés). Esto nos ha introducido en la sociedad del aprendizaje, en la que todos —individuos, instituciones y la sociedad en su conjunto— vamos a tener que seguir aprendiendo continua y eficientemente.
Es significativo que el último libro de Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, se titule La creación de la sociedad del aprendizaje, y dedique sus primeros capítulos a hablar de pedagogía. También lo es que la palabra empleabilidad comience a ser sustituida por el término learnability, la capacidad de aprender. Las empresas necesitan gente capaz de aprender continuamente. Esta situación es la que nos sitúa en estado de emergencia educativa, a la que los Gobiernos responden imponiendo continuas reformas.
En Política educativa en perspectiva 2015, la OCDE estudia 450 reformas educativas, parciales o totales, llevadas a cabo entre 2008 y 2014, con desigual fortuna. Se empieza a pensar que tenía razón Doug Ross, secretario de Empleo y Formación del Gobierno de Bill Clinton, cuando hace años sentenció: “Los nuevos pobres serán aquellos que no puedan o no quieran aprender”.
En este escenario, estamos ya presenciando una carrera entre grandes corporaciones para hacerse con lo que ya se avizora como el próximo negocio del trillón de dólares: la formación. Tal presión fuerza a los sistemas de enseñanza públicos a aumentar su conocimiento y calidad. Todos los estudios fiables nos dicen que el factor determinante de la calidad de un sistema educativo es la calidad de sus docentes. No es el único: le siguen la calidad de los equipos directivos, la autonomía de los centros y la colaboración con las familias.
Pero el protagonismo del profesorado está universalmente aceptado. Hace unos meses, el ministro de Educación me pidió que elaborara un Libro Blanco sobre la profesión docente. Con un equipo de expertos y la colaboración de más de 1.000 personas y colectivos, elaboramos una serie de propuestas para convertir a la profesión docente en una carrera de élite. La sociedad encomienda a la escuela cada vez más responsabilidades. Podríamos negarnos a aceptarlas, pero lo sensato es reclamar las ayudas necesarias para poderlas atenderlas bien. Por eso, propusimos fortalecer la formación inicial con la implantación de un MIR educativo que incluyera dos años de formación práctica, trabajando ya en escuelas seleccionadas, bajo la tutorización de docentes especialmente preparados.
Hay que reducir el abandono escolar y elevar el número de alumnos que siguen la secundaria posobligatoria
No se trata sólo de formar bien a los nuevos profesores, sino de mantener esa formación a lo largo de toda su carrera profesional. Además, parece conveniente considerar que el gran agente educativo es el centro, lo que hace necesario que los docentes sepan colaborar, elaborar proyectos compartidos, convertir el centro en una organización que aprende. Para conseguirlo, es también necesario mejorar los equipos de dirección, establecer canales de cooperación con las familias más fluidas que ahora, y también rediseñar el cuerpo de inspectores.
Es cierto que la escuela no es el único factor que influye en el éxito educativo de nuestros alumnos. Estudios solventes indican que el origen socioeconómico determina el 50% de los resultados escolares. Por eso, una parte importante de las reformas educativas deben ir enderezadas a apoyar a las familias en peores condiciones económicas. Para muchos niños, la escuela es el único ámbito protector que pueden disfrutar. Las escuelas deben ser centros de irradiación que atraigan y dirijan esfuerzos sociales para ayudar a sus alumnos. Un reciente estudio publicado por WISE (World Innovation Summit for Education) indica que es necesario un nuevo tipo de líderes escolares y de políticas públicas para movilizar y dirigir los esfuerzos sociales a favor de niños y adolescentes.
Creo que en España nuestra política debe ir dirigida a conseguir lo que he llamado Objetivo 5-5-5. Convertir nuestro sistema educativo en un sistema de alto rendimiento en cinco años, con un presupuesto del 5% del PIB (ya sé que sería mejor el 7%, pero el 5% lo hemos tenido ya y es viable para nuestra economía actual), y cumpliendo cinco metas educativas: 1) reducir el abandono escolar al 10% y elevar al 85% el número de alumnos que siguen educación secundaria posobligatoria. Ambos son objetivos señalados por la UE; 2) subir 35 puntos PISA. Este indicador no es perfecto, pero nos permite hacer comparaciones interesantes; 3) aumentar el número de alumnos excelentes, y reducir la distancia con los peores; 4) ayudar eficazmente a niños con dificultades de aprendizaje y con altas capacidades, para lo cual es necesario fortalecer los departamentos de orientación, y 5) introducir en los currículos las nuevas destrezas para el siglo XXI. No sólo es importante conocer, sino saber utilizar lo que se conoce.
¿Vamos a conseguir esos objetivos? No, a menos de que se establezca un pacto por la educación, en el que participen todos los partidos y los agentes sociales implicados. Se trata de actualizar el pacto constitucional sobre educación, recogido en el artículo 27 de la Constitución, aprendiendo de la experiencia de estos años. Los autores de la Carta Magna llegaron a un acuerdo mediante el recurso de aplazar las discrepancias, que serían resueltas por leyes ordinarias. Esto ha dado lugar al baile legislativo en educación que todos lamentamos.
Necesitamos estabilidad porque los planes educativos necesitan tiempo para funcionar
Necesitamos estabilidad porque los planes educativos necesitan tiempo para funcionar. En este momento, el mismo equipo que redactó el Libro Blanco sobre la profesión docente está redactando unos Papeles sobre el pacto educativo, haciendo acopio de toda la documentación que puede facilitar la tarea de quienes deben firmarlo. Hay muchas cosas claras y algunos puntos que hay que solucionar.
Para antes de las elecciones, nos hemos atrevido a presentar a los partidos políticos una hoja de ruta para una nueva ley educativa. Tiene tres fases y cada una de ellas exige concesiones a los partidos, pero también les ofrece oportunidades. Son las siguientes: mantener vigente la LOMCE como ley de transición, con algunos aspectos negociados con la oposición; elaborar un pacto educativo en el plazo máximo de seis meses, y, a partir de ese pacto, redactar una ley de educación que sirva al menos para una generación.
La ruta nos parece clara, lo malo es que no hay camino hasta que no se quiere andar por él.
José Antonio Marina es filósofo y pedagogo, autor de Despertad al diplodocus (Ariel) y Objetivo: generar talento (Conecta).

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

FP dual, un aprendizaje más práctico




--------------




















No hay comentarios:

Publicar un comentario